Para abordar correctamente la obra organística de Johann Sebastian Bach, necesitas una pedalera de 30 notas con rango de Do a Fa (2 octavas y cuarto). Este rango específico es fundamental porque permite ejecutar prácticamente todo el repertorio bachiano sin limitaciones técnicas ni musicales.
El estándar de 30 notas: la clave del repertorio completo
La recomendación de una pedalera de 30 notas no es casual. Bach compuso sus obras para órganos que ya contaban con este rango extendido, y muchas de sus composiciones más importantes requieren específicamente estas notas adicionales. Un ejemplo perfecto es la famosa Tocata en Fa mayor BWV 540, donde los extensos solos de pedal utilizan todo el rango, desde Do hasta Fa, especialmente durante los impresionantes pasajes virtuosísticos que caracterizan esta obra.
En el BWV 540, Bach escribió dos solos de pedal extraordinarios: el primero de 26 compases, seguido de una cadencia de dos compases, y el segundo aún más extenso con 32 compases más una sección cadencial de ocho compases. Estos pasajes no solo requieren el rango completo de 30 notas, sino que demuestran la importancia de tener una pedalera adecuada para lograr la articulación y el fraseo que Bach imaginó para estos momentos culminantes de virtuosismo pedálico.
Limitaciones de las pedaleras más pequeñas
Aunque existen órganos electrónicos con pedaleras de solo 12 o 13 notas (una octava), estos rangos reducidos son insuficientes para el repertorio bachiano completo. Con una pedalera de una octava solo puedes tocar obras con pedal muy básico que funciona principalmente como soporte armónico, pero te verás obligado a omitir o adaptar muchas obras importantes.
Algunas adaptaciones posibles incluyen transponer octavas cuando el pedal funciona solo como bajo armónico, pero esto se vuelve problemático cuando el pedal lleva una melodía independiente o participa activamente en el contrapunto, como ocurre frecuentemente en los corales de Bach donde la melodía principal puede aparecer en el pedal mientras las manos desarrollan un acompañamiento elaborado.
Consideraciones técnicas adicionales
Para una experiencia completa con el repertorio de Bach, la pedalera debe ser articulada (pedales que se extienden desde la base del instrumento hasta debajo del banco), permitiendo el uso tanto de punteras como talones de ambos pies. Esta configuración es esencial para la técnica pedálica que requieren las obras de Bach, especialmente en pasajes rápidos y melódicos como los del BWV 540.
El ejemplo del BWV 540
La Tocata en Fa mayor es considerada una de las obras más espectaculares de Bach para órgano, y sus solos de pedal son legendarios por su dificultad técnica y efectividad musical. El hecho de que esta obra utilice completamente el rango de Do a Fa ilustra perfectamente por qué una pedalera de 30 notas es esencial: sin ella, simplemente no puedes tocar esta pieza ni muchas otras obras importantes del compositor.
Los testimonios históricos describen cómo Bach ejecutaba estos pasajes «con pies que parecían tener alas» y con una «plenitud atronadora de sonido», demostrando que el dominio técnico del pedal era fundamental en su concepción musical.
Una pedalera de 30 notas (Do-Fa) no es solo una recomendación técnica, es un requisito musical para acceder plenamente al universo sonoro que Bach creó para el órgano, donde el pedal no es meramente un acompañamiento, sino una voz melódica completa con igual importancia que las voces manuales.






